Por Miguel Ángel Morales
Portavoz del Grupo Socialista en la
Diputación de Cáceres y Secretario General Provincial de PSOE de
Cáceres
El 27 de febrero de 2012, el
secretario adjunto regional del PP extremeño, Juan Parejo, anunciaba
que José Antonio Monago pediría a Mariano Rajoy un plan especial
de empleo para que la región pueda crecer y equipararse a las
tasas nacionales. Esta medida sería una de las principales que el
jefe del Ejecutivo regional expondría al titular del Gobierno
central, “con espíritu reivindicativo”, señalaba Parejo, y nos
anunciaba que era la “hora de pasar de las palabras a los
hechos”, ¿Era
una broma?-
A su vez, Guillermo Fernández Vara
recordaba que en plena crisis se desarrolló en Extremadura un Plan
Especial de Empleo cuando las tasas de desempleo no llegaban al
22%. Ahora que están cerca del 29%, esperamos que el
presidente del Gobierno sea sensible para con Extremadura y apruebe
un plan parecido al que entonces se comprometió.
El 23 de febrero de 2012, Monago
calificaba, sin la menor vergüenza, que la reforma laboral
más salvaje de la historia de la democracia y más allá, era
"necesaria e inaplazable" y "un pilar
fundamental para recuperar la senda del empleo". Por entonces,
el rescatado gobierno de Mariano Rajoy llevaba un par de meses
pidiendo paciencia , a la postre, su política está resultando un
cúmulo de desaciertos derivados en el salvamento de la banca y una
serie de medidas que no han calmado a los mercados ni a los
ciudadanos.
Pasado todo este tiempo y habiendo
avisado, en nuestro correcto y permanente diagnóstico y propuestas
de soluciones desoídas una y otra vez por el PP, la situación
del empleo se está volviendo dramática. Ni siquiera una ley
contra-reformista del siglo pasado ha animado y convencido a
las empresas a generar empleo, porque los Rajoy, Monago, Cospedal
y Aguirre, no generan la menor confianza en quienes deben apostar
por el crecimiento de un país y de una región.
Pagaremos más impuestos que nunca
y tendremos menos servicios y atención que nunca. Si
recordamos el hipócrita –visto lo visto- y desenfocado lema de
Monago, “el empleo es lo primero”, es de recibo recordar
que el número de parados en Extremadura ha ascendido y se calcula
que llegará a los 200 mil a final de año. Esa cifra es
inasumible y derivará en un drama sin antecedentes conocidos,
porque no solo habrá más paro, sino que la ruptura de la cohesión
social de las políticas de derechas está mermando la calidad de la
atención sanitaria y de la educación pública a una franja
importante de la población extremeña.
El PP regional no toca el tema y
espera, una a una, las órdenes de un Rajoy que pidió el rescate
un sábado, se fue al fútbol por la tarde “porque todo estaba
resuelto” y acaba de declarar que, en unas palabras u otras, el
rescate no nos ha convenido de cara a los mercados y la prima de
riesgo. O no lo entendimos bien o, como sospechamos, están
perdidos en un mar de dudas de las que, sin la burbuja
inmobiliaria que ellos crearon, no podrán salir. ¿Hasta cuándo
debemos aguantar los extremeños?
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